Hablando se Entiende la Gente
“Buenos días caballero; no, no vengo a comprar, de hecho ni siquiera sé qué vende usted ahora que pienso. Lo que me gustaría es hablar con el responsable de la alarma de este negocio. Sí, esa caja blanca y cuadrada que está sobre su puerta: la alarma, pues. Mire, sabe que desde hace un mes todas las mañanas despertamos a saltos porque alguien la hace sonar a todo chancho. Todos, pero todos-todos los días pasa lo mismo, de lunes a sábado, siempre diez para las siete de la mañana. ¿No sabía?Me he dado la lata de levantarme antes de que amanece, subir la persiana y espiar lo que pasa para estar seguro de venir a hablar con usted. Un taxista abre la reja, saca el auto, cierra la reja, se va y la alarma queda sonando hasta que se aburre. Y suena fueeeerte. Me quita minutos de descanso porque tengo el sueño liviano. Claro, empezamos el día con cara de nalga, pues como puede ver mi casa está ahí, justo al frente de su local. Mi niña se asusta con el ruido y yo también. No creo que sea justo que todo un barrio se despierte de madrugada porque al tipo le da flojera desconectar y reconectar la alarma. Aunque no parezca, acá vive harta gente, me parece curioso que yo sea el primero en reclamarle.
No, no creo que el hecho de que se les haya perdido el control remoto de la alarma sea una buena explicación. Compre uno nuevo mejor será. Es como si yo tuviera un perro que mordiera a todos los que pasan por la calle. No podría justificarlo diciendo que se me perdió la correa. ¿Ve? La verdad lo que menos quiero es pelear, vengo a pedirle educadamente que le diga al taxista que nos deje dormir tranquilos. En el fondo es algo de convivencia, diría que de buena vecindad, aunque suene cursi. Si en la noche alguien realmente quisiera robar su negocio y sonara la alarma nadie le avisaría a los carabineros porque estamos hartos del escándalo. Ese es el problema con las alarmas que suenan porque sí. Gracias por escucharme. Buenos días”.
Contra todo pronóstico, hoy no hubo boche alguno diez para las siete de la mañana. Ya me estaba preparando para botar a palos la maldita caja ruidosa. A cambio, otro estúpido decidió probar la alarma de su auto en plena calle a las 6 AM. Pero algo es algo.