Liceo Animal
Esta mañana recibí un e-mail de un sujeto que recuerdo vagamente de mi época escolar. Ahora es presidente de la asociación de ex-alumnos y está organizando una campaña para que el nombre del colegio no desaparezca. En un par de años el Liceo Alemán se mudará a Chicureo, será mixto, no impartirá alemán y probablemente hasta la congregación de curas se desligue. Por razones bastante obvias -no habrá clases de alemán ni mayores vínculos con el país en cuestión- el nuevo colegio probablemente cambie de nombre. Por razones bastante menos obvias -vergüenza ante el nombre 'Liceo' (pronúnciese 'Lissseo')- se cumplirá un viejo sueño de cierto grupo con el que compartí. Es que 'Liceo' suena a picante (de hecho en el sitio web se le denonina Colegio Liceo Alemán, guajuajá). Tenía compañeros que al preguntarles dónde estudiaban decían "en el Alemán" o derechamente "en el Colegio Alemán" (!). En serio.
Cuando los curas bautizaron el colegio en 1910 el nombre tenía bastante pelo, de hecho 'Liceo' era un galicismo muy refinado. Con el tiempo y en un extraño giro del lenguaje pasó a ser sinónimo de escuela fiscal. Peor aún fue cuando en 1975 demolieron toda la manzana de calle Moneda en donde estaba el viejo edificio para construir la Panamericana y -mal ojo- mudaron el Liceo al Barrio Bellavista, donde compraron un convento de monjas en extinción. Años después el entorno ya se había convertido en el borrachódromo que es hoy y toda la comunidad educativa ha vivido espantada ante tal decadencia.
Mi colegio estaba lleno de arribistas y supongo que lo seguirá estando. Para la época del plebiscito ser pinochetista era un símbolo de status (de 30 pendejines, 25 estaban a favor del Sí) e incluso un hasta entonces buen amigo mío llegaba a clases luciendo chapitas con la cara del Viejo. En esa época me comenzó a apodar 'terrorista'. Después supe que los papás del mocoso habían votado No, algo que lo avergonzaba mucho.
Durante hoy me han llegado varias respuestas al e-mail de antiguos compañeros míos, en su mayoría saludando el cambio de barrio. Uno, muy formalito (a los 17 era un pazguato), dice 'en atención a mi futuro traslado al sector Chicureo solicito se me mantenga informado sobre la nueva relocalización del establecimiento'. Y propone que al colegio se le cambie el nombre pero debajo de él se ponga en letras chicas 'Ex Liceo Alemán'. Así podrá decir cuando vaya soplado por la carretera "mira hijo, ahí estudié yo, en el German Chicureo Academy".
Para mí el colegio y sus seudo-valores llevan décadas muertos y ojalá su nombre desaparezca en el infierno. Eso les hice saber en mi e-mail de respuesta.
3 testimonios
Bueno, te cuento que buscando información acerca de un supuesto cambio denombre al colegio alemán....llegué hasta tu blog....(quizá en un par de años leas mi comentario....porque es respuesta a algo que escribiste hace..."N" tiempo, pero en fín...
bueno, soy de Arica y para nuesto regocijo...acá también hay un "colegio animal", perdón alemán, sucede que también tiene pseudos-valores, pseudo-democracia...y lo peor, speudo-estrucutura, ya que de lo que se jacta su dirección y organización, desemboca en un mero asunto de dinero....(como casi todo en Chile)... y están más preocupados de brillar, que de enseñar y no me refiero a "modales" o a "valores"... porque eso se lo proporcionas tú a tu hijo...
¿A que viene todo esto (lo de mi comentario)?... es que espero que no vengan con la noticia de que habrá cambios, en una fecha inadecuada (diciembre), ya que cuando la cosa anda coja....por algo es y en realidad el cambio de nombre es lo de menos que se llame colegio alemán, lissseo animal o instituto germánico....es la misma chicha, en distinto vaso. Lo que relmente importa es ¿como darle al clavo y encontrar un colegio decente (me refiero a que se preocupen de lo escencial de la educación y mejorarla y no de bobadas)....sin desanimarte en el intento????
saludos
Patricia
pattfer_t@yahoo.com
pd: interesante tu espacio...
Uf, este post lo escribí hace más de dos años; en el camino no sólo el liceo se estableció en Chicureo -el edificio donde estudié está en plena demolición- sino que me reconcilié con el establecimiento. Luego de una muy agradable reunión de ex compañeros me di cuenta de que en la adolescencia todos tendemos a la imbecilidad y que los porrazos de la vida en general nos enseñan diez veces más que cualquier lección aprendida en una sala de clases. Hoy me da pena que mi colegio no exista, aunque lo hay pasado mal ahí.
Otra cosa que descubrí era una obviedad que jamás valoré: en el Liceo Alemán de los años '80 pude compartir con gente de todas partes, clases sociales e incluso religiones. Tenía compañeros de Las Condes, Ñuñoa, Providencia, Santiago, Recoleta, Conchalí, San Miguel, La Florida, La Cisterna, Maipú, Peñaflor... (y eso sólo en mi curso). Poder compartir día a día en esa mezcla total hoy no es posible en ningún colegio de Santiago (tal vez sólo en el San Ignacio de Alonso Ovalle). Ahí había un valor agregado muy positivo que por desgracia se perdió. El principal problema en Chile, creo, es la segmentación brutal en la que vivimos y contra eso no hay nada que hacer.
Saludos.-
Ante todo, quedo sorprendida por la rapidez con que respondiste... (así podría ser todo, cuando uno busca respuesta).
Oye, eso que dices de estar en un colegio donde se comparte con todo tipo de gente, al parecer están en extinción, ahora me doy cuenta que viví una etapa muy buena en la historia de la educación chilena, donde no sólo el ambiente educativo era piola, sino la vida misma...
Pasados casi 20 años, la vorágine alcanzó el aula.... lamentable.
Saludos
Patricia
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