6.5.05

Exijo ser un héroe

Distempercito ha salvado una vida. Relato minuto a minuto del hecho:

08:30 AM Mi jefe, vecino de PC y por qué no decirlo amigo (a quien denominaremos 'Abelardo' en un simpático guiño a DLP) intenta lavarse una pezuña en la ducha. Para acomodarse agarra el fierro que sostiene la cortina de baño; por desgracia, la débil estructura no soporta el peso del robusto joven y sale de su lugar. Abelardo, desequilibrado, resbala golpeándose el cuello contra el borde de la tina: nuestro muchacho pierde el conocimiento mientras el agua tibia corre hacia el desagüe aseando finalmente el pie que inopinadamente causó la tragedia. Abelardo vive solo y nadie repara en su desgracia.

09:10 AM Distémper, sentado puntualmente en su puesto de trabajo, se sorprende por el retraso de Abelardo, aunque lo atribuye a alguno de sus frecuentes problemas con la puerta de casa o al olvido de la colación. Para ser sinceros, el apuesto mozalbete no le da importancia alguna a la tardanza.

09:50 AM Una vez arribadas las diseñadoras que completan el equipo de trabajo, Distémper les inquiere sobre Abelardo. Sin embargo las lolas aseguran que el día anterior no ha advertido sobre un posible atraso. Distémper hipotetiza sobre la eventual concurrencia de Abelardo a alguna reunión fijada a última hora y olvida el tema.

11:32 AM Caramelo, una de las diseñadoras, confirma con el timonel de la empresa que Abelardo tampoco le ha avisado sobre el -a estas alturas- escandaloso atraso. Cunde la preocupación en la planta de funcionarios.

11:47 AM Luego de bucear por 15 minutos en un cuaderno lleno de datos inútiles, Distémper encuentra el teléfono que Abelardo previsoramente le ha dictado un par de semanas atrás. Lo llama a casa pero nadie contesta. Especulaciones indican que Abelardo ha renunciado sin anunciarlo a nadie y se ha marchado a recorrer el mundo.

12:18 PM A lo lejos por Av. Santa María se ve aparecer a un aturdido Abelardo. Entra a la oficina anunciando que se ha caído en la ducha. Tres horas estuvo desmayado en la tina hasta que la llamada de Distémper lo despertó. Durante ese lapso el agua corrió dejándole los dedos de los pies como 'viejitos'. La llama del fiel cálifont jamás se apagó.

12:19 PM Abelardo no logra hilar bien las frases y olvida frecuentemente el nombre del lugar donde sufrió el accidente doméstico: la tina. Dice cosas como "es que me caí en la... en la.... ¿bah, cómo se llama?". Sus movimientos son torpes y cierta dislalia impide el buen entendimiento de su relato.

12:21 PM Abelardo es llevado raudo hacia una clínica, en donde una tomografía revelará un leve esguince cervical pero ningún compromiso craneano. Finalmente es despachado a su hogar con un implemento ortopédico en el cuello.

Es decir, si Distempercito no telefonea a casa de Abelardo, el muchacho jamás despierta y fallece tal vez ahogado en su propia mugre. O de hambre. O de frío...

Este episodio de monumental nobleza me hace recordar al bueno de Holden Caulfield y su íntimo deseo de proteger a los niños que desbocados corren al lado del barranco. O el capítulo de Homero y su guardería. Soy un hombre nuevo.

Héroes desinteresados: eso es lo que el mundo necesita.