25.3.05

El autógrafo

Mi pobre madre fue operada de una rodilla que la tenía semi-coja desde hace un año. Ayer fui a verla a la clínica donde debió permanecer una noche en reposo. Todo muy bien: bonita habitación, enfermeras cordiales, tecnología de punta. Eso, hasta que me mostró su pierna operada y le pregunté por qué tenía su nombre escrito con plumón negro en la piel entre la rodilla y el muslo. Era su firma. Ella misma debió tomar el plumón y autografiarse la pierna para certificar que ésa era la que debía ser intervenida. Al firmarse, ella asume la responsabilidad y la clínica se evita eventuales demandas por algún error. Así es más fácil: "¿cuál pierna tendré que abrir, la izquierda o la derecha? Ah, la que está toda rayada". Ahora me pregunto qué sucederá en las operaciones a las gónadas. Supongo que usarán un plumón más chico, ojalá lápiz scripto.