24.5.05

En defensa de Roberto

Hace cincuenta años, el 16 de abril de 1955, una mediocre escritora entra al elegante Hotel Crillón en Ahumada con Agustinas vestida con un largo abrigo negro. En la cartera esconde su revólver Baby, un arma compacta, casi de juguete. Su nombre es Georgina pero se hace llamar María Carolina, tiene 43 años y -pese a su personalidad cautivadora- muchos coinciden en que nunca ha estado muy bien de la cabeza. Su cita es con Roberto, un viudo quince años menor con quien en el último tiempo ha sostenido un intenso amorío. Sin embargo ella misma ha roto la relación: no cree en el matrimonio y lo incitó hace poco a buscarse a otra. Así, Roberto ha decidido casarse con una antigua empleada, pues quiere formar una familia para recuperar a su hijo que vive con los abuelos maternos. La madre murió hace algunos años poco después del parto: pese a saber que un problema cardíaco podía matarla se arriesgó a quedar embarazada... su corazón no pudo resistir.

En el exclusivo bar del Crillón María Carolina y Roberto no alcanzan a hablar mucho. Él le comunica entre susurros una decisión que ella ya conoce: por eso lleva el revólver. Despechada e histérica, antes de que llegue la cuenta saca el arma de su cartera y le dispara cinco veces por debajo de la mesa. Luego se levanta y chilla algo relacionado con que 'se ha hecho justicia': acto seguido abraza y besa a su víctima. Roberto agoniza en el piso del Crillón mientras la novelista es detenida en medio del escándalo nacional. Va a parar a la Cárcel de Mujeres, en donde escribe el libro homónimo prologado ni más ni menos que por el semidiós crítico Alone. En 1956, ante la presión de un grupo de artistas encabezado por Gabriela Mistral y el propio Alone, el presidente Ibáñez indulta a María Carolina, quien para muchos se ha convertido en un símbolo de la 'mujer apasionada' que haría cualquier cosa por amor. No ha alcanzado a estar un año y medio en prisión. La escritora publica un par de novelas más, ejerce la crítica literaria en El Mercurio y muere de vieja en 1996, a los 85 años.

Roberto era mi tío, hermano de mi abuelo. Tenía poco más de treinta años al morir. Su hijo quedó huérfano de padre y madre a los cinco años. Nunca lo he conocido, sé que tiene la edad de mi papá.

El sábado estuve con mis abuelos y por fin pude hablar sobre el tema con ellos. Ha pasado medio siglo pero su dolor sigue intacto. No sólo por el hecho de haber perdido a un hermano de esa forma horrible, sino por lo absurdo que esa señora haya sido endiosada por la elite cultural del país sin más mérito que el haber asesinado a una persona. Si buscas en Internet, verás que María Carolina Geel sigue siendo levantada como estandarte de cierto feminismo e idolatrada por parte de la comunidad gay (ya que en su libro penitenciario describió sin rubores las andanzas de una colega lesbiana).

A mi abuelo -que es un tipo de 78 años que todavía trabaja y a quien nunca nadie le ha regalado nada- todo esto le sigue doliendo el alma. Me contó que en su época medio mundo solidarizó con 'la artista pasional' y pocos se acordaron de una familia que quedó hecha pedazos y además sometida al humillante acoso de la prensa. Mi bisabuela -a quien conocí- nunca pudo superar el trauma por la muerte de su hijo y jamás entendió que mi hermana se llamara Carolina.

Hace no mucho desarrollé cierta obsesión por la asesina y compré dos de sus libros. En 'Cárcel de Mujeres' relata el crimen: me dejó helado porque descubrí en su descripción de mi tío-abuelo ciertas actitudes que hay en mí. Sí, muchos de quienes llevan mi apellido son insoportables e indolentes (y me incluyo), pero nadie merece morir en manos de una desquiciada que te dispara a mansalva con una pistola de juguete en una especie de macabro acto poético.

Y si nadie va a defender a Roberto lo haré yo, pues.

19 testimonios

Anonymous Anónimo declara...

Lamento mucho que tu familia haya sufrido la perdida de tu tío Roberto. Y creo super valida la "defensa" que haces de él. Nadie tiene derecho a segar la vida de otro.

Podríamos decir que de cierta manera ella lucró con su delito, o mas bien, con la conmoción social q concitó. De hecho, adquirió notariedad recién despues del asesinato cometido y su libro más conocido es aquel que relata su prisión en la "Carcel de Mujeres". (reeditado hace poco por editorial cuarto propio)

Si bien todos estos hechos hacen Reprochable su comportamiento y cuestionable la complicidad de la elite artistística y del poder político que llevaron a su pronta liberación, no se puede dejar de reconocer que ella marca un hito en la literatura femenina chilena... fue capaz de narrar la realidad del submundo carcelario y se atrevió a mostrar a la encartonada sociedad chilena, una realidad frente a la que hacía la vista gorda, en su personaje "maria patas verdes" (si mal no recuerdo)ella muestra en todo su crudeza la homosexualidad femenina. Tampoco podemos negarle ese merito.

Por otra parte. Debo reconocer que es un referente de la comunidad lesbica de Chile, pero en un sentido meramente literario y de apertura del tema lesbico a la sociedad. Ninguna lesbiana q yo conozca alaba su crimen, eso te lo puedo asegurar..


Saludos, Anais.

mar jun 07, 04:11:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

un abrazo amigo...
no tenía idea de esos hechos, que mala que se haya abordado en ese tiempo desde ese punto de vista y que aún se tenga esa misma idea.

mar jun 07, 04:12:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

wow, nunca había escuchado esa historia. Es super penca que haya salido así y que hayan glorificado a la asesina...puede que haya estado mal de la cabeza pero no corresponde hacer eso.
No estoy muy clarita hoy pero te mando mucho apoyo y muy buenas vibras, gracias por mostrar este lado

mar jun 07, 04:12:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

Distemper, me golpeaste con esta historia. Primero, aunque no sirva de nada, vayan mis simpatías para ti y tu familia por haber tenido que soportar una injusticia como ésa en nombre de una moda.
Segundo, quien no come ni deja comer, quien no quiere unirse con otro pero no está dispuesto que este otro se una con nadie, ve al otro como si fuera una propiedad. Y como no puede tolerar que "su" propiedad deje de ser suya a cambio de nada prefiere destruirla. Esta gente "apasionada" que "haría todo por amor" es tan conservadora como los libros y canciones románticos llenos de basura que se vienen leyendo y escuchando desde hace 200 años.
Es cosa de fijarse que el lenguaje del amor: uso de posesivos y de sinónimos de pertenencia. Y los "intelectuales" de hace 50 años sacrificaron la justicia en nombre del amor entendido como propiedad.
Insólito y, sobre todo, despreciable.

mar jun 07, 04:13:00 p. m.  
Blogger Distemper declara...

Gracias a todos por sus palabras. Hacía tiempo que quería contar esta historia porque siempre ha sido un tema pendiente en mi familia, y da la casualidad que este 2005 se cumplieron 50 años. Mi papá se acuerda que él era niño (4 años) y tuvieron que llevárselo a otra casa porque la prensa les hacía guardia. Además siempre se ha hablado que mi tío era 'el amante' de María Carolina, siendo que él era viudo, y ella, soltera. Más bien eran pololos, si es que se le puede llamar así.
No me cabe duda que María Carolina en su breve paso por la cárcel aprendió a escribir bastante bien: lo triste es que su estilo lo haya depurado a través de un crimen.
Saludos a todos.-

mar jun 07, 04:13:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

También el sábado estuve con mi abuela y me enteré de cosas familiares. Mi abuela, una mujer chispeante y astuta, me heredó una cuchara, que según yo es de plata, y que perteneció a la casa de los Pérez de Arce, donde vivía precisamente el trotskista de la derecha mercurial. No era un robo. Una tía de mi abuela, solterona, se hizo amiga de esa familia que vivía en el mismo barrio de Recoleta. Allí la aguacharon como ama de casa. Tras jubilarse los Pérez de Arce jamás la olvidaron y continuaron ayudándole hasta su muerte. También me enteré de cómo murió mi abuelo, el esposo de mi abuela, cuando mi padre tenía cuatro años y tres hermanos, y mi abuela apenas 20 años y cuatro hijos. Él también trabajaba en El Mercurio, aunque era socialista y estuvo preso por la ley maldita. Murió con apenas 33 años. Oyendo las historias descubrí cuánto tengo de las dos estirpes en mi espíritu. Es un ejercicio extraordinario, como un GPS para la mente.
Cuando comencé a leer tu narración, recordé al tiro que alguna vez nos la contaste. Un círculo se cierra contigo.

mar jun 07, 04:13:00 p. m.  
Blogger Distemper declara...

Mi conversación con los abuelos fue larga, de hecho supe que mi abuela no quería mucho al tío Roberto. Por algún tiempo vivieron casi de allegados en la casa familiar y nunca se tragaron (además siempre les cayó mal la escritorcita porque era buena para el escándalo). Una vez mi abuela discutió a gritos con Roberto: como no era su casa fue hasta su pieza, buscó un juego de loza que les habían regalado para el matrimonio, lo desembaló, sacó un plato, volvió a la cocina y se lo rompió en la cabeza.
El sábado descubrí además que mis abuelos se quieren mucho, cosa que nunca había sabido porque no se demuestran mucho afecto. Uno a veces no cacha nada...
Un abrazo, Negrete.-

mar jun 07, 04:14:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

la verdad es que podria llegar a no sorprenderme el hecho de que la elite de la epoca apoyara a una señora desquiciada. lo que si me llama la atencion es precisamente lo que dices tu distemper: que a costa de un crimen, ella se haya consagrado como escritora por indagar en el mundo carcelario, y que por un crimen perverso e impune ademas se haya validado!.
quizas sea una caracteristica de la sociedad chilena el hecho de solapar impunidades.
mi apoyo a la distancia distemper.

mar jun 07, 04:14:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

Independiente del dolor, y las marcas qu ehan perdurado por generaciones, como en las teleseries, siento que es un privilegio una historia así.
Yo tengo una también, el pasado se mevía con otras reglas, otros parametros, más pasionales, menos racionales... sin duda era otro mundo.
Slds

mar jun 07, 04:15:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

Hey! Al principio del post pensé que habías elaborado el relato de la ficción. Bueno. Y mejor aún salir en defensa de la víctima. En este país somos especialistas en victimizar a los culpables. Sólo les pedimos un poco de carisma. Tan aburridos estamos. Y de tan aburrido que ESTOY, me voy a ver Il Sorpasso gracias a tu sugerencia. La había dilatado por falta de subtítulos. Agur.

mar jun 07, 04:15:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

Tenía un amigo que no estaba propiamente viudo, sí un poco viudo de afecto; su polola, que para estos casos da igual si la llamamos amante, pese a tener una personalidad cautivadora, no andaba muy bien de la cabeza. Profesaba un extraño sentimiento de posesión hacia mi amigo, que mantenía vigente con medidas de presión perfectamente comparables a una pistola de juguete: sus ejercicios gimnásticos y paracaidísticos también eran un juego, un juego peligroso. Afortunadamente nadie murió en esta historia, terminó de la manera más sencilla posible: un viaje, leguas entre ambos. Pero, al igual que en tu relato, transcurrido el tiempo el juicio público la favoreció a ella, que tenía esa extraña facultad de autocompasiva autorreferencia en voz alta, que prendía las simpatías de cualquier conferenciante. Mi amigo no murió: murió para muchos que al tomar partido por ella lo dejaron solo.
Lo que resulta curioso de todo esto, es que también este amigo mío es pariente del malogrado Roberto. Optimistamente, se puede hablar de lazos familiares. Pesimistamente, de predisposición o condicionamiento. Pero hay una ironía que hace pensar en la torcedura: quien adquirió el oficio de escritor fue él, y de cierta forma también desde la cárcel. Como diría alguien,“en el gran mundo como en una jaula/ afina un instrumento peligroso”.

mar jun 07, 04:15:00 p. m.  
Blogger Distemper declara...

Y sí pues, ya lo había pensado de esa manera. Leer el libro de la Sra. Geel y ver descrito a RP fue un poco como si otra persona me describiera con mis virtudes e infinitos defectos. Descubrí por qué alguien habilidoso podría llegar a detestarme: es increíble como la genética condiciona ciertas cosas. Al menos sigo vivo.

Por fin recibo un comentario de Manguac. Y flor de comentario. Gracias amigazo.-

mar jun 07, 04:16:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

UY! qué fuerte y qué loco tener este tipo de historias y experiencias en la familia... claro, lo terrible es que todos los parientes son "juzgados", declarados culpables ... y estigmatizados de por vida... muy heavy!!
En todo caso como historia es wena.
Voy a buscar más datos.

mar jun 07, 04:16:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

Uf. Finalmente la vida se va componiendo de historias que cuentan los vencedores, más allá de la justicia (concepto que deja mucho que desear) En este caso, sin pena ni gloria, Roberto fue parte de una trama donde su muerte no significó nada más que el simbolo del encierro injusto de una artista desquiciada. El motivo casi nimio, como si la muerte no significara nada. Una pena, sobre todo porque en este mundo estamos colmados de Robertos...

mar jun 07, 04:17:00 p. m.  
Blogger Distemper declara...

Qué agradable recibir el afecto y la simpatía de gente que no conozco, un saludo a algunos que es primera vez que los veo por estos lados. Al releer la historia realmente me parece aún más inconcebible que un grupo de 'gente respetable' le haya doblado la mano a la justicia sólo porque sí. No es normal, no recuerdo otro caso similar.

Y sí, estoy bastante de acuerdo con J. en el sentido de que tal vez es un privilegio poseer una historia familiar tan poderosa, aún por dolorosa que sea. Por razones que desconozco siempre al revisar la historia policial chilena se menciona ese crimen como uno de los más recordados del siglo XX. Es algo fuerte.
Mi intención con este texto era subrayar que detrás de la 'espectacularidad' de un acto seudoartístico (que todavía algunos ingenuos alaban) hubo víctimas reales y en este caso parientes míos.
Saludos y gracias.-

mar jun 07, 04:17:00 p. m.  
Blogger Cristián Salvo Vulelija declara...

Acabo de leer este post... me parece digno de nuestra podrida sociedad que idolatra a gente que se gana esa simpatía con actos criminales... [pensaba que esta forma de ser era reciente... me equivoqué... :-(]

De este modo demostramos, como sociedad, dos cosas a los menos:

1.- somos un país subdesarrollado y ese subdesarrollo está en nuestras mentes y formas de ver la vida, y

2.- nos vanagloriamos de nuestras propias miserias...

Saludos y mis más sinceras condolencias...

vie jun 10, 05:01:00 p. m.  
Blogger Distemper declara...

Gracias Tuto, yo creo que esto es lo mejor que he escrito acá... pero a mi familia no le gustó mucho porque tiene algunas imprecisiones menores en cuanto a fechas y detalles que obviamente les importan. Así que creo que voy a pulirlo, aprovechando que mañana es el cumpleaños de mi abuelo le preguntaré.

En cuanto a lo que dices, este país parece que es habitado por chantas desde la Colonia. Recomiendo en ese sentido leer a Vicuña Mackenna y Edwards Bello, son para irse de espaldas: no cambiamos nada.

Abrazo.-

vie jun 10, 05:37:00 p. m.  
Blogger Cristián Salvo Vulelija declara...

uff... cuanta razón tienes... pero se me había olvidado... para mayores informaciones respecto de ese tema en particular... te recomiendo veas www.auroradechile.cl hay una selección de algunos titulares de la época (193 años atrás)

Saludos cordiales

vie jun 10, 06:04:00 p. m.  
Anonymous Anónimo declara...

Ni te imaginas lo que me pasó al encontrar este blog. Menos te imaginas por que, solo te puedo decir dos cosas 1º que el nombre de Carolina y el "Crimen del Crillón" son dos cosas que me afectan mucho y que solo podría explicarme un "mago" -A.J- y 2ºque esta historia tiene mas significados del que jamás pude imaginar.

vie jun 29, 12:17:00 a. m.  

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