La Empresa Joven
Cuando hace tres años llegué a Pantano.com me advirtieron que debería ponerme la camiseta de una empresa con espíritu joven. Esto último me dio mala espina, pues tiempo atrás había trabajado en Canal 2, una ‘empresa joven’... tan joven que en la víspera de Navidad todavía no nos cancelaban los sueldos de noviembre. Acá al menos siempre me pagaron cuando correspondía, aunque misteriosamente mi salario fue disminuyendo con el paso del tiempo pese al aumento de la inflación y -por qué no decirlo- del PIB.
Es verdad, trabajar en una Empresa Joven me brindó momentos inolvidables que siempre atesoraré. Por ejemplo, ver al Gerente General llegar en bermudas o a mi colega Abelardo lucir un coqueto traje de baño rojo en la oficina. Pude compartir las chácharas telefónicas de Caramelo, quien en cierta ocasión habló con su parentela por dos horas y media sin parar. También disfruté de la actitud distendida de Lenteja, quien cada mañana llegaba una hora atrasada excusándose religiosamente con un "perdón, se me pasó la micro". Era lo único que decía en todo el día.
Cómo no recordar esos tres días en que estuvimos sin e-mail porque un funcionario decidió escanear un libro entero y enviárselo a un amigo usando el correo de la empresa. O cuando el Jefe de Marketing adquirió un furgón por apenas seis millones de pesos para poder salir a las discotecas con su team de promotoras; un millón y medio costó el arreglo del cacharro apenas un mes después de la compra. Ahí mismo se disolvió el team: el negocio del año. Ah, y cómo olvidar la rotativa de secretarias joteadas hasta el acoso sexual por diversos contadores auditores.
Claro, este relajo laboral también tuvo sus inconvenientes. Los inviernos pasamos tanto frío que nosotros mismos debimos hacer una vaca para reparar la estufa y comprar un balón de gas. Gozamos de ricos asados dieciocheros, pero los choripanes luego fueron descontados por planilla. Nunca vi un aguinaldo ni de cinco lucas, ni una cajita navideña o un reajuste; un vale de almuerzo, un día administrativo o un beneficio médico; un basurero en el baño, jabón en el lavatorio ni un felpudo en la puerta. Vi sin embargo cómo a pesar de la perpetua crisis nos dábamos el lujo de pagarle a gurúes para que evacuaran informes consistentes en un par de perogrulladas nunca puestas en práctica. Jamás fui evaluado ni supe si mi trabajo era bueno, más o menos o una porquería. Cuando me equivoqué, fui reprendido a gritos y en público. Al echarme, mi jefe me ofreció cartas de recomendación como se hacía en los años ’50: "Felipito es muy puntual, limpio y nunca se ha robado nada".

Y pese al ‘espíritu joven’ nunca en mi vida había compartido menos con mis compañeros de trabajo. Pasaban días en los que nadie hablaba nada con nadie durante toda la jornada. El sistema de comunicación con otras áreas se reducía al gruñido. En Canal 2 no nos pagaban, pero lo pasaba tan bien y me reía tanto que el día se me pasaba volando. Acá las cinco horas se me hacían un calvario cotidiano.
Mi agonía laboral se acaba y no sé si seré retrógrado, pero a final de cuentas si esta es la Empresa Joven prefiero cien veces la Empresa Vieja.
Es verdad, trabajar en una Empresa Joven me brindó momentos inolvidables que siempre atesoraré. Por ejemplo, ver al Gerente General llegar en bermudas o a mi colega Abelardo lucir un coqueto traje de baño rojo en la oficina. Pude compartir las chácharas telefónicas de Caramelo, quien en cierta ocasión habló con su parentela por dos horas y media sin parar. También disfruté de la actitud distendida de Lenteja, quien cada mañana llegaba una hora atrasada excusándose religiosamente con un "perdón, se me pasó la micro". Era lo único que decía en todo el día.
Cómo no recordar esos tres días en que estuvimos sin e-mail porque un funcionario decidió escanear un libro entero y enviárselo a un amigo usando el correo de la empresa. O cuando el Jefe de Marketing adquirió un furgón por apenas seis millones de pesos para poder salir a las discotecas con su team de promotoras; un millón y medio costó el arreglo del cacharro apenas un mes después de la compra. Ahí mismo se disolvió el team: el negocio del año. Ah, y cómo olvidar la rotativa de secretarias joteadas hasta el acoso sexual por diversos contadores auditores.
Claro, este relajo laboral también tuvo sus inconvenientes. Los inviernos pasamos tanto frío que nosotros mismos debimos hacer una vaca para reparar la estufa y comprar un balón de gas. Gozamos de ricos asados dieciocheros, pero los choripanes luego fueron descontados por planilla. Nunca vi un aguinaldo ni de cinco lucas, ni una cajita navideña o un reajuste; un vale de almuerzo, un día administrativo o un beneficio médico; un basurero en el baño, jabón en el lavatorio ni un felpudo en la puerta. Vi sin embargo cómo a pesar de la perpetua crisis nos dábamos el lujo de pagarle a gurúes para que evacuaran informes consistentes en un par de perogrulladas nunca puestas en práctica. Jamás fui evaluado ni supe si mi trabajo era bueno, más o menos o una porquería. Cuando me equivoqué, fui reprendido a gritos y en público. Al echarme, mi jefe me ofreció cartas de recomendación como se hacía en los años ’50: "Felipito es muy puntual, limpio y nunca se ha robado nada".

Y pese al ‘espíritu joven’ nunca en mi vida había compartido menos con mis compañeros de trabajo. Pasaban días en los que nadie hablaba nada con nadie durante toda la jornada. El sistema de comunicación con otras áreas se reducía al gruñido. En Canal 2 no nos pagaban, pero lo pasaba tan bien y me reía tanto que el día se me pasaba volando. Acá las cinco horas se me hacían un calvario cotidiano.
Mi agonía laboral se acaba y no sé si seré retrógrado, pero a final de cuentas si esta es la Empresa Joven prefiero cien veces la Empresa Vieja.
28 testimonios
Nunca he trabajado en una empresa joven... pero leyendote creo que lo pensaría dos veces antes de aceptar un trabajo así.
Una vez trabaje en una empresa vieja en la que fotocopiar libros, imprimir tareas, hablar con familiares por horas, eran pan de cada día.
leyendo esto, me queda toda la sensacion de que trabajamos en el mismo lugar
Definitivamente debes imprimir este post y luego quemarlo, en una especie de sanación, machitun, saumerio... así te sacas de uncima tanta mala onda que aguantaste por cuanto tiempo?...
entonces quema dos copias!!
Slds
¿ y empezar una empresa propia ?
o son palabras mayores en este minuto ????
oh si, sé lo que se siente... por eso ahora trato de afirmarme como funcionario público.-
suerte!
jajajajaja pucha felipe jajajaj que eres quemao, parece la oficina de hermosilla y quintanilla... jajajaj
Que tengas suerte en encontrar otro trabajo, arriba el ánimo, un abrazo.
No se como cresta aguantaste trabajar asi.
Empresa vieja,aunque las moneas hacen falta,pero eso es un tema apestoso.
los viejos reclamos de un joven que todavia juega a ser loser....
Diablos hermano... ayudándole a sentir... me hace sentir que las empresas jóvenes y el servicio público son muy parecidas, en fin... ya se viene lo bueno espero.
Abrazos hermanables.
Q... la ex blogger
Por tu relato de la "empresa joven" deduzco que padece de los mimsmos defectos de la "empresa comprometida". Y lo digo porque yo trabajé en una de esas hace un tiempo. Sus condiciones eran similares a las que tú describes, a fines de mes no tenía plata ni para pagar la cuenta de la luz.
Pero tenía que contentarme con estar "defendiendo la democracia y el pluralismo de los medios de comunicación". Yeah right...
Sabes Dis, yo creo que una pega siempre va a tener su lado bueno y el otro no tanto, o definitivamente uno malo de frentón (que haría más que recomendable buscarse otra), pero en mi caso, creo que siempre el factor humano será lo más importante. No se puede vivir todo los días recibiendo, escuchando, respirando mala onda, aunque todo sea por las viles lucas. Vas a terminar chato, amargado tú y amargando al resto. Lo ideal sería que una pega sea edificante, te dignifique, te haga crecer y ser mejor profesional y persona, y si la que uno tiene no contribuye ni un poco a ello, siempre habrá una mejor alternativa, creo.
Abrazo
PN
Cuando el chocolate me gusta, me chupo los dedos y langueteo el papel, para aprovechar hasta el ultimo pedacito y no me pregunto cuantas calorías me acabo de tragar
mmm, un nuevo amorcito tiene ese gustito dulce, y hay que disfrutarlo hasta las útlimas
Suerte, suerte y mil suertes
Un abrazo
mucho he aprendido de semejantes cosas
me gustaria saber que diablo hace ese comentario mio en tu blog
raro
Saludos
Tierra llamando a Gigi, ¿nos copias? Se nos cruzaron los cables. Oh, perdimos el contacto, diantres.
Desde hace por lo menos un año quería escribir este post y lo tenía casi ordenado así tal cual en mi cabeza. Uno pasa buena parte de su vida adulta en el trabajo y aterra regalarle tus mejores años -por ejemplo, años en los que no te cuesta tanto levantarte temprano- a empresas que funcionan como máquinas de moler carne.
Lo más difícil de la cesantía es levantarte y quedar desocupado. Pero (gran pero) ¡se nos viene el Mundial! Ya explicaré la Teoría de Costas sobre los ciclos vitales mundialistas. No todo puede ser tan malo tampoco.
Abrazos surtidos menos a la Gigi por loca.-
jajajajajajaja, ando con el cable pelao, en todo caso rara la huevadita, claramente no era pa ti.
Pucha, no me quites el saludo por loca......yo sé que tienes razón que tengo una locura difícil de controlar, pero soy una loca buena o no???
Pero no me dejes en tanta evidencia!!!!
Chao Pumarino y nos vemos (ya esta bueno ya)
Espero con ansias la teoría de los ciclos mundialistas de Costas...
W.
jajajaja.. me haces reir, me gusta mucho eso, hace bien , ojala tus excolegas puedan leer esto.. auqneu no creo que sepan siquiera que tienes un blog..
Segun esto.. yo creo que trabajo en una empresa en crisis de mediana edad, de personalidad bipolar, paranoias multiples, en evidente estado de envejecimiento prematuro, con fuertes complejos de dictadores y militar prusiano.. en fin, es lo que hay, por lo menos tengo muchos mas beneficios que tu.
Distemper, primer sujeto que veo que le gusta Jesus and Marie Chain y Alphaville al mismo tiempo.
Me tiré las bolas en la pega por unas dos horas gracias a las 'crónicas de un cretino para el mundo'. Nadie entendía de que mierda me reia tanto. Las fotos elegidas son lo mejor. Te pasaste.
Salud! Retamal.org
Por eso son necesarias las Reformas laborales Compañero !
Saludos, muy buen POST !
Increible lo que uno llega a soportar cuando hay alguna necesidad,curioso el postegar tanto por un misero salario mas parecido a un jornal" en fin, creo saber y entender cada letratuya plasmada aqui muchacho. Pero bueno asi es la vida y nada.
un abrazo me alegra verte subir letras por estos lares.
Saludos.
Hace algunos años trabajé en una revista quincenal de política. Condiciones precarias, pero adorables. Almorzabamos todo juntos en una mesa té club, nos turnabamos para lavar los platos y hacíamos una sobremesa eterna, donde me agarraba la guata de la risa. A la hora de once, salíamos a comprar pancito. Y al igual que tú, una vez hicimos una vaca para comprar gas para la estufa, donde muchas veces se secaron mis calcetines los días de lluvia.
Buen Blog
Saludos
Señorita No
Pero cosita rica,si esta desocupado nosotras lo podemos entretener...
Sale rico,rico en la foto,nos gustan los papitos.
Cómo le ha ido buscando pega mi querido?
"Yo creo que trabajo en una empresa en crisis de mediana edad, de personalidad bipolar, paranoias multiples, en evidente estado de envejecimiento prematuro, con fuertes complejos de dictadores y militar prusiano..." Creo que Gata con suerte es mi compañera de trabajo, no habría podido detallar mejor cómo es la pega en la que estoy pega-da hace un año.
En fin, creo que al final uno igual puede aprender de lo malo, al menos para que el error no se vuelva a repetir.
Saludos!!
querido distémper:
Es duro el mundo laboral chileno...así como es dura la calle y el sinfín de mandriles que la habitan (lo digo por tu post anterior).
Vale la pena comportarse...pero también es conveniente adquirir conocimientos de kung fu...por si acaso. En lo laboral...me da lata constatar que en todos los ámbitos es más o menos igual...mucho trabajo, poquito dinero. y siempre colgando sobre tí "la patada en la raja de Damocles".
Bu, q lata. Yo aún sigo gozando de los beneficios de la adolescencia tardía: comida, detergente, plata para la U, previsión. Suerte.
Este parece que se retiró!
o tal vez mejor
encontró buena pega.
Slds
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